¿Cuántas veces te has levantado pensando que ese día te ibas a comer el mundo y al día siguiente no tenías fuerza ni para abrir el portátil?
El emprendedor es aquél ser emocional, que vincula dichas emociones a su vida profesional; todo
aquello que lo empuja a crear, innovar, diferenciarse y tirarse a la piscina es directamente proporcional a la capacidad emotiva del mismo. La inestabilidad emocional forma parte de él, sino fuera así no habría días que anhelaría comerse el mundo y llegar hasta el final sin mirar atrás.
Cualquier emprendedor te contará maravillas, pero la cruda realidad es que el emprendedor muchas veces inicia su aventura solo o con otros individuos
con un espíritu parecido. Y es en este periodo donde el 90% de los emprendedores dejan de serlo y abandonan sus sueños por no saber gestionar su status emocional propio, grupal y no saber compartirlo.
Viajar sólo es fantástico, pero dura poco tiempo, el emprendimiento desgasta y consume mucha energía, una energía que se devuelve con noticias positivas sobre el proyecto y su desarrollo. Pero la realidad es que el emprendimiento tiene un bagaje medio de 2 a 3 años, hasta que no
florecen los resultados; pocos son los proyectos que lo consiguen antes o sobreviven el primer año.
Si dibujáramos el ciclo emocional del emprendedor con la complementariedad de un equipo aparecería una figura parecida a esta en donde el viene y va emocional es complementado por los integrantes del equipo.
Considero que sólo hay dos reglas para el inicio y recorrido del emprendimiento:
1) Busca un equipo emprendedor, ya sea físico como
a distancia. Un equipo que te proporcione estabilidad emocional con compañeros de viaje que complementen tus carencias y estados de ánimo.
2) Ponte en marcha, empieza analizando que sois capaces de hacer con tu equipo y tú, y que necesitas externalizar para llevarlo a cabo y complementar tu proyecto.
Me gustaría acabar el post haciendo mención a la frase que convenció a John Sculley, ex CEO de Pepsi-Cola, entrar como Director Ejecutivo en Apple tras escuchar la siguiente propuesta de Steve Jobs:
"¿Quieres vender agua azucarada toda tu vida o venir conmigo y cambiar el mundo?"
- Steve Jobs
Imagen por Diego López