Muchas veces las empresas y los profesionales de la comunicación, caemos en la trampa del tiempo. Es muy fácil que esto ocurra, todo parecería estar armado para que así sea.
La sobrecarga de actividades y las aspiraciones económicas nos alejan de la planificación. Es por esto que la creatividad y el desarrollo de las ideas pasan a un segundo plano, generando una cultura de la velocidad. Los trabajos terminan pasándonos de largo, no tenemos ni siquiera un registro mental de lo que hacemos y finalmente no comunican más que la existencia de algo, en vez generar esas “Ganas” que la Publicidad debe promover.
Cómo planificar la comunicación
La diferencia entre una Marca bien constituida y una empresa o producto sin valor de Marca, muchas veces pasa por esa planificación. La planificación no debe ser de mucha dureza, pero sí
marcar los carriles dentro de los cuales nos vamos a mover. Digamos que lo importante es saber que si bien el contexto nos va a ir modificando lo que inicialmente creíamos y nuestras primeras ideas probablemente evolucionen, es fundamental tener ese camino a través del cual las modificaciones y evoluciones vayan capitalizando el mensaje.
Diferenciales, tonos, puntos de partida, contacto con los consumidores, experiencias de Marca y muchas otras ideas, deben estar claras y todas las acciones de comunicación deben apuntar a reforzar ,instalar y fijar un mensaje definido.
La persuasión de una comunicación está atada a muchas cosas, pero
las tendencias a nivel mundial no van mucho más allá del Storytelling, de la emoción y de lo que las Marcas tienen para contarnos. Lo viral va dejando otra vez lugar a los redactores y a los realizadores audiovisuales, dejando de lado el impacto y el efectismo de hace algunos años.
Planificar es entender que
la comunicación debe ser una serie coordinada y no pinceladas aisladas. Esto no significa que no existan casos exitosos de empresas que comunican sin esquemas, pero esta claro que esa misma idea exitosa aislada mejora con el trabajo a lo largo del tiempo. Pongámoslo de esta manera, sin la planificación dependemos de la suerte, por cruel que suene creo firmemente en esto.
Es más fácil de lo que parece, nos permite evolucionar las ideas, nos ayuda a aclarar el mensaje, se puede ir adaptando al contexto, podemos ir en sintonía con las tendencias y por sobre todas las cosas
vamos a hacer que nuestras inversiones en Publicidad valgan la pena. Encuentra al
profesional adecuado y empieza a planificar tu comunicación de forma coherente. Tu Marca lo va a agradecer.